No escribo para definirlo, sino para hacer públicas algunas preguntas privadas
¿Por qué no se considera SPAM los anuncios televisivos o de radio, aun cuando estos no son solicitados, ni deseados por casi nadie?
¿Por qué las televisoras anuncian condones durante la transmisión de Bob esponja?
¿Por qué anuncian productos milagro impunemente y nadie llama a esto SPAM?
Sencillo, por que reciben ingresos por ello.
¿Quién maneja nuestras mentes y nos implanta la idea de lo que es un SPAM?
¿Pero qué pasa en Internet?
¿Quién determina quién y quien no, es un spamer?
¿Cómo distinguen los censores anti-spam entre verdaderos publicistas y digamos, activistas sociales o ciudadanos denunciantes o solicitadores de órganos?
¿No es legítima la publicidad de artículos o servicios que sí podrían interesarnos?
¿Toda publicidad de negocios es ilegal?
Empresas gigantes como Microsoft (Hotmail, Live, MSN) Google, Facebook o Twitter combaten con energía el mal afamado SPAM
¿Qué sentimiento caballeresco los mueve a evitar que sus indefensos usuarios reciban publicidad no solicitada (Mientras no provenga de ellos mismos)? Aun cuando estos pobres usuarios pueden decidir (Y lo hacen) Si leen o no, tal o cual contenido
¿Por qué no enfocan ese mismo esfuerzo en evitar la pornografía o la pedofilia o casos igual o más graves, transmitidos, difundidos u organizados a través de los mismos servicios que ellos ofrecen?
La respuesta lamentable y triste, parece ser la respuesta a casi todo problema social, el dinero, ese dinero que en caso de ponérselo fácil y dejar prosperar el SPAM, dejarían de percibir los consorcios, porque
¿Quién paga por lo que puede obtener gratis?
Bajo estas premisas Facebook limita las solicitudes de amistad de los usuarios que considera sospechosos, aun cuando estas solicitudes pueden ser sencillamente ignoradas por quienes las reciben sin mayor molestia, pero no solo eso, sino que incita al usuario receptor a “reportar” esta solicitud, legitimando las acciones de censura. Al contrario por algunos dólares, se puede pagar un anuncio que aparecerá en las pantallas de todos los usuarios que deseemos, lo quieran o no y hasta incluir fotos de sus amigos o de ellos mismos en esta publicidad, sin pedirles consentimiento.
Si intentas colocar Metatags ocultos o redireccionar enlaces, o adscribirte a clubs de intercambio de links o por secretos motivos que Google considera contrarios a sus intereses, sencillamente no sales en los resultados de búsqueda, pero claro por un pequeño o no tan pequeño monto, tu sitio web puede ser el primero en salir en los mencionados resultados, resaltado y recomendado, aun cuando su contenido este lejos de ser por mucho el de mejor calidad.
Si en Twitter sigues cuentas a diestra y siniestra, luego, dejas de seguir, luego sigues y así constantemente, Twitter ipso facto bloquea tu cuenta, en “beneficio de los demás usuarios”, aun cuando todos sabemos que uno ni cuenta se da cuando alguien lo sigue y que esto raramente molesta a alguien, sino todo lo contrario, en la mayoría de los casos. Twitter alega que no tiene caso seguir a tanta gente, pero ¿Qué nivel intelectual nos calculan en el Staff de Twitter, como para tener que decidir por nosotros que tantas cuentas debemos, podemos o queremos seguir? Claro abiertamente Twitter no declara ni declarara jamás que manipule los temas de moda o las recomendaciones.
A solicitud de comprar espacios responden que este servicio está en fase beta y solo es para algunos clientes preseleccionados, sin embargo insisten en recomendarte a quien seguir o de que hablar, bajo oscuros criterios.
Por ejemplos no pararía jamás, pero me basta por el momento. Atrás de internet hay cerebros y buenos cerebros, que buscan y logran limitar las publicaciones del usuario común, el activista social o de la pequeña empresa, como todo poder eficaz, no lo ejercen con una coacción clara, sino de la manera más peligrosa y eficiente, sutilmente casi, invisible.